Rutina 1,2,3, relax

05.05.2021

¿Has tenido un día de esos dificilillos? ¿Necesitas un tip rápido o un momento para ti
en el que desconectar de verdad? Sabemos que la saturación de estímulos
o sobreactivación con frecuencia nos lleva al límite. Por eso te traigo algunos remedios
que a mí me funcionany te ayudarán a volver a tuZentro.

relájate con aceites esenciales
relájate con aceites esenciales

Sé que con más frecuencia de la que quisiéramos nuestra alta sensibilidad nos lleva a sentirnos saturados literalmente. La sobreactivación sensorial, una situación con alta carga emocional o simplemente una jornada laboral con ritmo frenético es para nosotros motivo de tremendo desgaste. Y también sabemos que en esos momentos lo mejor es reservar un rato para ti, elegir una actividad que te baje revoluciones, te adentre en tu propia serenidad (creéme, la tienes ahí escondidita) y resetee tus conexiones como si fueras un ordenador. Esta vez te propongo unos trucos que no te llevarán mucho tiempo. Lo ideal es hacerlos al final del día para enlazar con un sueño reparador, pero también puedes elegir otro momento si así te lo pide el cuerpo o la agenda. 


1. Masajea tus sienes y pecho durante unos minutos con una mezcla de incienso, copaiba y aceite vegetal (y también aprovecha para olerlo generosamente). ¡Nunca desaproveches la ocasión de inhalar un aceite esencial! Ambos son imprescindibles para mí y me han ayudado mucho en momentos muy complicados. 

2. Respiración consciente. Siéntate con la espalda erguida. Coge tu frasco de aceites esenciales y aplica unas gotas diluidas en aceite vegetal en los pulsos (parte interna de las muñecas, cuello, sienes). También puedes poner un par de gotas del aceite puro o la sinergia sin diluir en las palmas de tus manos, frotarlas y llevártelas a la nariz en forma de copa. Cierra los ojos. Inhala profundamente y exhala tres o cuatro veces. Descansa y respira con normalidad. Vuelve a inhalar tres o cuatro veces. Concéntrate en tu respiración, cómo entra el aire en tu cuerpo, visualiza cómo las moléculas aromáticas llegan a tu cerebro y se va aquietando tu mente, tus pulsaciones. Haz consciente ese momento y crea un anclaje. Esto es, relaciona cómo te sientes con el acto de usar tu aceite. Puedes estar el tiempo que te apetezca pero con unos minutos es suficiente. En caso de que debas retomar la actividad en tu trabajo, con tus hijos, etc, lo harás desde otro punto. Si no tienes siquiera esos minutos para hacer las respiraciones conscientes, aplica tu aceite y acude al anclaje que has creado en ocasiones anteriores. Conecta con ese estado de calma y tu tono cambiará. ¿Quieres que te cuente mis sinergias favoritas para esto? ¡Escríbeme!

3. ¿Qué tal un baño caliente? Para esto tienes que diluir los aceites esenciales en una sustancia grasa (por ejemplo, leche) o salina (sal gorda es ideal). Y si necesitas una ayudita extra para tus músculos, te recomiendo las sales Epson. Son magnesio puro y tienen unas propiedades super interesantes, entre ellas que limpian energéticamente de maravilla. Elige tu aceite favorito entre los que ya sabes que aquietan tu mente: lavanda, madera de cedro, naranja, bergamota, vetiverincienso, copaiba... Llena una taza con las sales y añade de 5 a 10 gotas del aceite elegido. Abre el agua caliente, vierte la taza y métete en la bañera mientras se va llenando. Aguanta un ratillo con el agua lo más caliente que puedas. ¡¡Y relájate, sin más!! Y si no tienes bañera, puedes hacer un baño de pies con un barreño y la fórmula de las sales de Epson con aceites esenciales. Las plantas de los pies están repletas de terminaciones nerviosas que reflejan nuestros órganos así que será casi igual de efectivo y placentero. 

Si en tu día a día no tienes un rato para permitirte estos mimos (que no te llevarán más de 20 minutos si no quieres) puedes reducir el ritual a usar los aceites esenciales que harán el trabajo por ti de manera muy eficaz. Pero me parece imprescindible que al menos una vez a la semana te dediques un tiempo para ti y elijas alguno de estas o cualquier otra actividad que a ti te guste: un masaje, un paseo, una sesión de yoga. ¡Realmente nos resetean!

 

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